MI QUERIDO PRESIDENTE

Mi Querido Presidente

Por María Gracia Inzaurraga

Para la que escribe Miguel A. Solá es uno de los mejores actores argentinos con grandes trabajos y una carrera exitosa, también en España, donde vive hoy.
Su partenaire en esta aventura magistral es nada más y nada menos que Maxi…Si!, nuestro Maxi de la Cruz, hijo de una leyenda de la TV uruguaya, quien a fuerza de temperamento y trabajo hoy está posicionado en la calle Corrientes que lo adoptó y donde la plaza teatral acumula éxito tras éxito en las noches porteñas
Casi como Brodway.
“Mi querido Presidente” los presenta a los dos en una comedia con tinte dramático que juega con las emociones. Un sicólogo afecto al escabio y venido a menos (Solá) y un nobel presidente (Maxi) sin tiempo para escuchar nada más que su voz interna, debe ponerse a las órdenes de éste, si quiere dar el discurso inaugural de su presidencia.
El dúo no pudo ser más acertado; el aplomo de Solá y su solvencia actoral lo colocan literalmente en el diván del que se mueve poco, no necesita grandes aspavientos para materializar su tranquila genialidad.
Maxi por su lado es el típico político enervado, histriónico, cuando “pinta” y consumido por el miedo a no estar a la altura de nada.
Todo parecería un gran juego, y lo es, pero el lado profundo que permanentemente sale a la luz tiene que ver con los miedos y lo no resuelto del político que con solvencia el análista va desojando.
Quiero ser sincera: Maxi se roba la obra!
Lo trae en la sangre.
Esta hecha para él que es un gran comediante, un virtuoso de la risa.
Uno queda atrapado entre los diálogos delirantes y la vida misma de los personajes que es más delirante.
Este dúo no podía fallar, lo intuíamos y como es nuestra costumbre los sábados, nos damos el paseito indiscutido por la Corrientes.
Usted vaya contento que no se va a arrepentir.

Mi Querido Presidente

Teatro Apolo