LA VUELTA DE LA PESCA DE SOROLLA EN BELLAS ARTES

Por María Gracia Inzaurraga

La Vuelta de la Pesca de JOAQUIN SOROLLA en Museo de Bellas Artes – Foto María Gracia Inzaurraga

Bendita sensibilidad…
Porque sin ella, la vida sería otra cosa.
La magia de Sorolla es tan potente, que a uno le conmueve lo que al mismo pintor le obsesionó: la luz.
La luz, las sombras…pero sobre todo la luz…
Sus pinturas fueron su vida, lo que vivía diariamente y lo que lo colmó hasta el último día de su vida en las costas de Levante: los trabajadores de la pesca, las velas infladas al sol, los niños jugando y chapoteando como solo él los pudo pintar.
Si bien lo conocí en París y Buenos Aires, en España, su tierra natal lo terminé de amar.
Es el maestro de maestros de la luz, sus escenas de playa, cómo en “La vuelta de la pesca”, (1898) lo hicieron famoso en París pero ya tenía su lugar de prestigio en el arte español.
Ahora es toda una sorpresa toparme en la entrada del Bellas Artes de BA con su genio y su pintura costumbrista que capta con gran vigor, la vida misma y su gente.
Un placer inmenso para mis ojos.

La Vuelta de la Pesca de JOAQUIN SOROLLA en Museo de Bellas Artes – Foto María Gracia Inzaurraga

Blessed sensitivity…

Because without it, life would be something else. Sorolla’s magic is so powerful that one is moved by what the painter himself was obsessed with: light. The light, the shadows… but above all the light…

His paintings were his life, what he lived daily and what filled him until the last day of his life on the coasts of Levante: the fishing workers, the inflated sails at sun, children playing and splashing as only he could paint them.

Although I met him in Paris and Buenos Aires, in Spain, I ended up loving him in his homeland.

He is the master of masters of light, his beach scenes, how in “The Return of Fishing” (1898) made him famous in Paris but he already had his prestigious place in Spanish art.

Now it is quite a surprise to bump into the entrance of the BA Fine Arts with his genius and his traditional painting that captures, with great vigor, life itself and its people. An immense pleasure for my eyes.

La Vuelta de la Pesca de JOAQUIN SOROLLA en Museo de Bellas Artes – Foto María Gracia Inzaurraga